miércoles, julio 06, 2011

I Want...

Vivir en un momento del tiempo en el cual sientes que el aire abandona tus pulmones, porque le miras a los ojos y todo se para en el tiempo. Pero saber que, aunque los dos nos amamos con todo el alma, es el fin. Porque quizá nos habremos amado con todo nuestro corazón, pero al mismo tiempo os habremos dañado hasta decir basta. Son el tipo de relaciones que te duelen y te consumen poco a poco, lentamente.
La vida y el amor son así. Bonitos, perfectos, impredecibles y dañinos. Y lo peor es que es todo eso al mismo tiempo, y de un modo tan atroz que no te puedes defender, porque cuando te quieres dar cuenta es tarde, te ha enganchado. Es peor que la droga y que el alcohol, es mejor que todo lo demás. Es todo al mismo tiempo. Es estúpido, imprevisible, es toda la felicidad del mundo, y también el dolor más grande que se puede sentir. Es pasión, rebeldía, adoración, respeto, silencio, sinceridad, confianza. Y es eso y más. Es un no saber explicar y, al mismo tiempo, saber explicarlo todo. Es no necesitar explicaciones, es no cometer errores y ser uno mismo. Amor es no tener que decir nunca "lo siento". Es el camino final y principal, los derivados. Es guardar silencio cuando quieres explotar. Es dejarte eclipsar por otro. Es callar y escuchar. Es comprender, intentar hacerlo. Es decir en un abrazo todo lo que no puedes explicar con palabras. Es difícil y, al mismo tiempo, natural.
Nosotros siempre tuvimos un problema: comunicación. Nunca supimos expresarnos ni en palabras ni en gestos. Yo no era lo suficientemente cariñosa, tú no estabas el suficiente tiempo a mi lado. Las cosas son así, y hay que vivir con ello. Al menos hemos comprendido que todo ha terminado. Y, si pudiese pedir un deseo, no sería conocerte de nuevo. Quizá pediría poder darte un último beso de despedida. Y decirte en ese beso todo lo que he callado, demostrarte todo lo que he sentido. Es no arrepentirme de haber perdido el tiempo contigo. Es querer más y al mismo tiempo saber que no lo tendré.
No quiero más nada de tí. Quiero que te quedes donde estabas antes de conocerme. Quiero que todo termine de un modo brusco y que duela, para que así no vuelva a caer de nuevo. Quiero seguir riéndome por cualquier cosa. Quiero sonreír a todo el mundo y no buscar un por qué a mis acciones. Quiero preguntarlo todo y no contestar a nada. Quiero perder minutos en la vida pero jamás ser tan idiota como para perder la vida en minutos. Quiero reír y llorar a la vez. Saber llorar de alegría e inventar una manera de poder reír de tristeza.
Quiero saber entender que tú has sido un capítulo breve de mi vida. Importante, pero tan imprevisto como pasajero. Quiero que esto sea como un amor de verano. Quiero que se olvide. Quiero que termine. Quiero mirar hacia atrás y sonreír si lo recuerdo. Quiero ser estúpida de nuevo, y confiada, infantil, quiero tener mil momentos para dedicarme a mí misma y a mis tonterías. Quiero conocer gente nueva, quiero tener secretos, quiero ir a mil lugares, escuchar mil canciones, llorar con mil películas y morir de risa por mil más. Quiero morir de amor por ídolos que jamás conoceré. Quiero amar y ser amada, quiero vivir una vida de la que esté orgullosa. Quiero llegar a lo que, para mí, es lo más alto. Y hacerlo gracias a mi esfuerzo. Quiero tener cuarenta años, quiero tener hijos y jugar con ellos, inventar mil historias que contarles y vivir con ellos aventuras inolvidables. Quiero viajar, volar, saltar y reír siempre como si fuese la primera vez. Y quiero que el día de hoy sea lo más importante, sin detenerme a pensar en el pasado ni ponerme a imaginar el futuro. No quiero promesas de qué pasará ni recuerdos del qué pasó. Quiero que pase. Que pase y basta. Lo que tenga que venir vendrá y ya habrá tiempo de plantarle cara. Conocer a mil personas más y enamorarme mil veces. Decepcionarme, aunque no quiero decepcionar. Hacer que alguien se sienta orgulloso, y que alguien me haga sentirme orgullosa. Quiero tener la certeza del momento y al mismo tiempo la incertidumbre de no saber qué pasará. Quiero que el día de mañana sea siempre una sorpresa. Quiero que me tapen los ojos y me hagan sentir mujer. Quiero que se escondan conmigo y me hagan volver a la infancia. Quiero buscar y encontrar, y dejar que encuentren. Quiero tener y conseguir, y perder si es necesario. Quiero ganar y dejarme ganar si eso va a hacer feliz a alguien a quien quiero. Quiero conseguir lo que me proponga. Quiero ayudar y que me ayuden. Quiero gritar encima de un puente en plena noche. Quiero pasear descalza por la orilla con la luna brillando. Quiero montar a caballo, en bici, en moto. Quiero despeinarme y despeinar. Y hacer el amor. Y quiero mostrar y ocultar, guardar secretos importantes y dar sorpresas inesperadas. Quiero irme para después volver. Quiero que vuelvan los que se han ido, y se vayan los que a mi entender sobran. Quiero no volver a ver a alguien, quiero que otro me vuelva a ver a mí. Quiero reencuentros inesperados, momentos fugaces que no se olviden. Quiero el recuerdo y el anhelo. Quiero tener una casa con, al menos, una maceta donde plantar mis sueños. Quiero motivarme por cualquier cosa y saber que pocas acciones pueden quitarme la emoción. Quiero aguantar la respiración por un suceso importante. Quiero soltar todo el aire de golpe cuando algo emocionante ocurra. Quiero tirarme de un puente con una cuerda, y de un avión con un trozo de plástico que se abre. Quiero que el aire me de en la cara y me revuelva el pelo despeinándome. Quiero que el tendero me devuelva las vueltas y, si algún día me desespero, quiero que alguien me devuelva la alegría de vivir. Quiero no perder nunca el camino. Quiero encontrarme si me pierdo, y encontrar gente que me haga perderme. Quiero perder la cabeza. Pero no quiero perder gente.
Y que cuando mire hacia atrás y vea mi existencia, diga: Viva, lo hice bien. Estoy orgullosa. He sido feliz.
Quizá no lo he tenido todo, pero he sido feliz. Y, por encima de todo, te tuve a tí.