Hay algo que tengo bien claro en esta vida, y es quizá una de las únicas cosas que deberías tener en cuenta, porque es una certeza máxima y absoluta: la gente te va a decepcionar.
El problema es... ¿Y si un día te despiertas y ves que eres tú la decepción?
martes, mayo 31, 2011
Today.
Esto es sólo un sitio en algún lugar del mundo… Puede que sea parecido a tu mundo. Puede que no tenga nada que ver. Pero si miras de cerca puede que veas a alguien como tú. Alguien intentando encontrar su camino. Alguien intentando encontrar su sitio. Alguien intentando encontrarse a sí mismo… A veces es fácil sentir que eres el único del mundo que está luchando, que está frustrado, o insatisfecho, o quedándose atrás. Pero ese sentimiento es mentira. Y si aguantas, si encuentras el coraje para enfrentarte a todo otro día más, algo o alguien te encontrará y hará que las cosas mejoren… Porque todos necesitamos un poco de ayuda a veces. Alguien que nos ayude a escuchar la música del mundo. Para recordarnos que no siempre será así. Que alguien está ahí fuera Y que ese alguien te encontrará.
Sometimes
En este momento hay seis mil cuatrocientos setenta millones, ochocientas dieciocho mil, seiscientas setenta y una personas en el mundo. Algunas corren asustadas. Otras vuelven a casa. Algunas dicen mentiras para llegar al final del día. Otras simplemente están enfrentándose a la verdad. Algunos son hombres malvados en guerra con los buenos. Y algunos son buenos, luchando con los malvados. Seis mil millones de personas en el mundo. Seis mil millones de almas. Y a veces… todo lo que necesitas es una.
sábado, mayo 21, 2011
Time, Relations & Feelings.
Una parte de mi se aflige ante el pensamiento de estar tan cerca de el sin poderle tocar, pero su historia y la mía toman caminos separados. No me resulto fácil aceptar esa sencilla verdad, pero sucedió hace poco- aunque tenga la impresión de que ha transcurrido mucho, muchísimo más tiempo-. Recuerdo los momentos que compartimos, por supuesto, pero he aprendido que los recuerdos pueden adoptar una presencia física dolorosa, casi viva, y en ese aspecto él y yo también somos diferentes. Si suyas son las estrellas en el cielo nocturno, mi mundo se halla en los desolados espacios vacios del firmamento. Y, a diferencia de él, me abruma la carga de las preguntas que me he formulado a mi misma miles de veces desde la última vez que estuvimos juntos. ¿Por qué lo hice? ¿Lo volvería a hacer?
Reflexiono acerca de tales cuestiones y, como siempre, rememoro los días que estuvimos juntos. De pronto me sorprendo evocando como empezó todo, puesto que eso es lo único que me queda: mis recuerdos.
Como ves, fui yo quien puso fin a nuestra relación.
Supongo que nunca nos teníamos que haber conocido, que lo nuestro fue un error que duro demasiado tiempo, el suficiente para que yo me lo creyese, y que lo mejor que paso, al menos para él, fue que acabase. Supongo.
De todos modos, el caso es que le conocí, y ese es precisamente el motivo de que mi vida resulte tan insólita. Me enamore de él cuando estuvimos juntos, y después aun me enamore más de él en el tiempo que estuvimos separados. Nuestra historia se compone de tres partes: un inicio, un desarrollo y un desenlace. Y a pesar de que así es como fluyen todas las historias, todavía no puedo creer que la nuestra no durase para siempre.
Reflexiono acerca de tales cuestiones y, como siempre, rememoro los días que estuvimos juntos. De pronto me sorprendo evocando como empezó todo, puesto que eso es lo único que me queda: mis recuerdos.
Como ves, fui yo quien puso fin a nuestra relación.
Supongo que nunca nos teníamos que haber conocido, que lo nuestro fue un error que duro demasiado tiempo, el suficiente para que yo me lo creyese, y que lo mejor que paso, al menos para él, fue que acabase. Supongo.
De todos modos, el caso es que le conocí, y ese es precisamente el motivo de que mi vida resulte tan insólita. Me enamore de él cuando estuvimos juntos, y después aun me enamore más de él en el tiempo que estuvimos separados. Nuestra historia se compone de tres partes: un inicio, un desarrollo y un desenlace. Y a pesar de que así es como fluyen todas las historias, todavía no puedo creer que la nuestra no durase para siempre.
Rainbow.
Aún a día de hoy no tengo claro el por qué todo terminó, pero tampoco el por qué hubo un momento en el cual esto empezó. Así que todo se podría resumir en una especie de sueño de verano que no se sabe si existió realmente y mucho menos el por qué ocurrió. Pero el caso es que ocurrió, mal que nos pese a ambos, y duró bastante. Ocurrió, duró y basta. No hay que darle muchas más vueltas.
Aún a día de hoy no sé si volveré a verte o si nuestros caminos volverán a cruzarse en algún momento de nuestras vidas. O si el destino nos deparará otra cosa, otros brazos, otras miradas y otros besos. O si, por el contrario, tendremos que escondernos del futuro en un lugar donde nada cambie y todo quede, ahí, en nuestra casa a la izquierda del tiempo. O si a partir de ahora toda mi vida sea invierno y tenga que aguantar el chaparrón mientras el frío juega al escondite inglés con los dedos de mis pies.
El olvido se me fue de las manos y hasta la fecha aún me ha sido imposible decirle cómo, cuándo y dónde dejarte atrás.
Me gustaría poder conservar las promesas que un día fueron nuestras, las palabras que una vez compartimos. "Te querré para siempre" "Jamás te olvidaré"pero, realmente, no lo veo factible. Me gustaría que todo fuese un juego, una especie de yo-yó que rebote cada vez que uno caiga en los brazos del otro y viceversa. Cada vez que nos encontremos. Y me gustaría que eso sucediese más a menudo si ha de suceder. Y que sea pronto.
Me gustaría haberte regalado un colgante que pusiese "Siempre nos quedará París" aunque realmente primero me hubiese gustado ir alguna vez a París contigo.
Supongo que ahora ya todo esto es en vano. Todos los "me gustaría", quiero decir. Supongo que, a toro pasado, cuando acaba la batalla todos somos generales. Y ahí es cuando pensamos que podríamos haberlo hecho mejor, que podríamos haber dado más y haber sabido expresarnos correctamente. Que no deberíamos habernos equivocado. Sentir cómo los condicionales juegan al pilla pilla con tu comprensión más infinita y, por consecuencia, con la poca paciencia que te queda.
Aún a día de hoy me siento enteramente orgullosa de haberlo intentado, de habértelo dado todo y sin embargo haber perdido. Una mala inversión, sin duda, pero no me arrepiento. Sigo valientemente orgullosa de haber sentido lo que tú me has hecho sentir. Creo que jamás estaré segura de haberlo dejado contigo, y eso es lo que te hizo grande, lo que nos hizo grandes a los dos.
Nos hemos amado así como nos hemos dañado: hasta decir basta. Quien no haya fracasado como nosotros no tiene ni puta idea de hasta donde se puede creer, querer y caer.
Aunque lo que sí tengo claro es que, pase lo que pase entre nosotros y con nosotros, siempre te encontraré ahí, donde termina el arcoiris.
Aún a día de hoy no sé si volveré a verte o si nuestros caminos volverán a cruzarse en algún momento de nuestras vidas. O si el destino nos deparará otra cosa, otros brazos, otras miradas y otros besos. O si, por el contrario, tendremos que escondernos del futuro en un lugar donde nada cambie y todo quede, ahí, en nuestra casa a la izquierda del tiempo. O si a partir de ahora toda mi vida sea invierno y tenga que aguantar el chaparrón mientras el frío juega al escondite inglés con los dedos de mis pies.
El olvido se me fue de las manos y hasta la fecha aún me ha sido imposible decirle cómo, cuándo y dónde dejarte atrás.
Me gustaría poder conservar las promesas que un día fueron nuestras, las palabras que una vez compartimos. "Te querré para siempre" "Jamás te olvidaré"pero, realmente, no lo veo factible. Me gustaría que todo fuese un juego, una especie de yo-yó que rebote cada vez que uno caiga en los brazos del otro y viceversa. Cada vez que nos encontremos. Y me gustaría que eso sucediese más a menudo si ha de suceder. Y que sea pronto.
Me gustaría haberte regalado un colgante que pusiese "Siempre nos quedará París" aunque realmente primero me hubiese gustado ir alguna vez a París contigo.
Supongo que ahora ya todo esto es en vano. Todos los "me gustaría", quiero decir. Supongo que, a toro pasado, cuando acaba la batalla todos somos generales. Y ahí es cuando pensamos que podríamos haberlo hecho mejor, que podríamos haber dado más y haber sabido expresarnos correctamente. Que no deberíamos habernos equivocado. Sentir cómo los condicionales juegan al pilla pilla con tu comprensión más infinita y, por consecuencia, con la poca paciencia que te queda.
Aún a día de hoy me siento enteramente orgullosa de haberlo intentado, de habértelo dado todo y sin embargo haber perdido. Una mala inversión, sin duda, pero no me arrepiento. Sigo valientemente orgullosa de haber sentido lo que tú me has hecho sentir. Creo que jamás estaré segura de haberlo dejado contigo, y eso es lo que te hizo grande, lo que nos hizo grandes a los dos.
Nos hemos amado así como nos hemos dañado: hasta decir basta. Quien no haya fracasado como nosotros no tiene ni puta idea de hasta donde se puede creer, querer y caer.
Aunque lo que sí tengo claro es que, pase lo que pase entre nosotros y con nosotros, siempre te encontraré ahí, donde termina el arcoiris.
jueves, mayo 19, 2011
Don't Turn Hopes Into Fears
" Hace dos siglos, Benjamin Franklin reveló al mundo el secreto de su éxito. Nunca dejes para mañana, dijo, lo que puedas hacer hoy. La gente debería prestar atención a las cosas que dijo. Él descubrió la electricidad. No sé por qué siempre posponemos todo. Pero, si tuviera que adivinarlo, diría que tiene mucho que ver con el miedo. El miedo al fracaso. El miedo al dolor. El miedo al rechazo. A veces es miedo a tomar una decisión. Porque ¿y si te equivocas? ¿Y si cometes un error sin solución? Sea lo que sea lo que nos da miedo, una cosa es cierta: cuando el dolor de no hacer algo es más insoportable que el miedo a hacerlo.El pájaro más rápido atrapará al gusano. Una decisión a tiempo salvará vidas. Quien duda está perdido. No podemos fingir que no nos lo dijeron, todos hemos oído los proverbios. A los filósofos. A nuestros abuelos advirtiéndonos sobre el tiempo perdido. Hemos oído a los poetas malditor instándonos a vivir el momento. Aunque, a veces, debemos escucharnos a nosotros mismos. Debemos cometer nuestros propios errores. Debemos aprender nuestras propias lecciones. Debemos dejar las posibilidades de hoy bajo la alfombra del mañana hasta que no podamos más, hasta que comprendamos por fin lo que Benjamin Franklin quería decir. Que es mejor saber que preguntarse. Que despertar es mejor que dormir. Y que fracasar, o cometer un error enorme, es mucho mejor que no haberlo intentado.
What If I..?
Y de pronto, hay veces que no sé, estoy ahí y me da por pensar. Y pienso joder, ¿y si nos quedara poco tiempo? Me refiero, si todo se acabase mañana, por ejemplo. Si mañana acaban nuestros días. Y me arrepentiría eternamente de no haberte dejado todo claro, de que la rutina ahogase la pasión. ¿Y si no te he dicho suficiente que te adoro con la vida? Moriría. Imagínalo. Tanto tiempo juntos para que de la noche a la mañana todo termine y yo me sienta tan lejos de tí como antes de conocerte. Con tanto miedo de no haberte dicho todo lo que tuve que decirte. Tan arrepentida por no haberte hecho sentir como quise. Asqueada conmigo misma por no haberte hecho feliz.
Si nos quedara poco tiempo... ¿Y si no pudiese hacerte más el amor? ¿Y si aquella vez que pasó fue la última? Es un horror pensar que podria haber habido más tiempo, más veces, más amor.
Lo que más me jodería sería no poder llegar a jurarte que nadie, nunca jamás, podrá amarte igual que yo.
Y era todo tan perfecto, y nos amábamos tanto que me sentía morir cuando te veía marchar... Y me pregunto cómo fue que que la costumbre cambió tanto nuestra manera de querer... No puedo entenderlo.
Y ahora entiendo eso de que nadie sabe lo que tiene hasta que enfrenta el miedo de perderlo...para siempre. Y lo pierde.
Y esa es la pregunta que me reconcome y que sé que, cuando todo pase, seguirá en mi cabeza para siempre.
¿Y si no llego a jurarte que nadie, jamás, puede amarte más que yo?
Si nos quedara poco tiempo... ¿Y si no pudiese hacerte más el amor? ¿Y si aquella vez que pasó fue la última? Es un horror pensar que podria haber habido más tiempo, más veces, más amor.
Lo que más me jodería sería no poder llegar a jurarte que nadie, nunca jamás, podrá amarte igual que yo.
Y era todo tan perfecto, y nos amábamos tanto que me sentía morir cuando te veía marchar... Y me pregunto cómo fue que que la costumbre cambió tanto nuestra manera de querer... No puedo entenderlo.
Y ahora entiendo eso de que nadie sabe lo que tiene hasta que enfrenta el miedo de perderlo...para siempre. Y lo pierde.
Y esa es la pregunta que me reconcome y que sé que, cuando todo pase, seguirá en mi cabeza para siempre.
¿Y si no llego a jurarte que nadie, jamás, puede amarte más que yo?
An Easy Dream
Mi sueño había sido sencillo, y fácil.
Soñé un sueño ya hace tiempo, hace mucho tiempo. Cuando el aire me traía los susurros de las hadas, cuando todo era mágico y creía que debajo de la cama habitaban monstruos ávidos de mis sueños. Cuando había esperanza y vivir valía la pena, y darlo todo por un sueño y por el futuro que sólo yo había soñado. Soñé que el amor no moriría nunca, pero nunca nunca, y que siempre estaría presente entre tú y yo.
Soñé que todo se perdonaría, que todo entre nosotros podría arreglarse.
Entonces era joven y valiente, intrépida, extrovertida. Era infantil, y también era inocente. Y se hacían, se usaban y se desperdiciaban sueños. A diario, a todas horas. Recuerdo que cada día tenía un sueño diferente por cumplir. Desde tener una casa propia hasta subirme a un taxi para gritar: "siga a ese coche". Sueños estúpidos y sueños importantes. Sueños que a día de hoy aún no han desaparecido.
No había rescates que pagar, no quedaban besos por dar, no había abrazos sin regalar. Ni canciones sin cantar, ni vino sin probar, ni noche sin gritar, sin bailar.
Pero los tigres vienen de noche, exactamente. Con sus voces estruendosas, con sus incontrolables aullidos. Y te arrancan la ilusión de la que estabas hecha, los sueños entretejidos en tu mente. Al igual que te arrancan la ilusión, vuelven tu sueño en vergüenza. Vergüenza de tí misma y de lo que haces, de lo que eres e incluso de lo que puedes llegar a pensar.
Él durmió un verano a mi lado, junto a mí. Su brazo rodeaba mi cintura noche tras noche, y me hacía sentir tan protegida que olvidaba donde estaba. Con él pasé unos días maravillosos, los mejores de mi vida. De él conservo los mejores recuerdos. Pero no todo es bonito, ni lo fue.
Él se llevó mi infancia, me internó en la adolescencia, me hizo sentir mujer.
Pero se marchó cuando el otoño llegó.
Y yo aún soñaba que él regresaría a mí, la verdad es que sí. Que pasaríamos la vida juntos, que sería todo como yo soñé. Pero después comprendí... que los sueños son solo eso, sueños. Pero hay sueños que no pueden ser.
Soñé que mi vida sería
Tan diferente de este infierno en el que vivo ahora...Tan diferente ahora de lo que parecía que sería, del sueño de futuro que tenía en ese pasado.
Ahora la vida ha matado el sueño que soñé.
Mi plan había sido sencillo: pasar juntos el resto de nuestras vidas. Un sueño fácil.
Soñé un sueño ya hace tiempo, hace mucho tiempo. Cuando el aire me traía los susurros de las hadas, cuando todo era mágico y creía que debajo de la cama habitaban monstruos ávidos de mis sueños. Cuando había esperanza y vivir valía la pena, y darlo todo por un sueño y por el futuro que sólo yo había soñado. Soñé que el amor no moriría nunca, pero nunca nunca, y que siempre estaría presente entre tú y yo.
Soñé que todo se perdonaría, que todo entre nosotros podría arreglarse.
Entonces era joven y valiente, intrépida, extrovertida. Era infantil, y también era inocente. Y se hacían, se usaban y se desperdiciaban sueños. A diario, a todas horas. Recuerdo que cada día tenía un sueño diferente por cumplir. Desde tener una casa propia hasta subirme a un taxi para gritar: "siga a ese coche". Sueños estúpidos y sueños importantes. Sueños que a día de hoy aún no han desaparecido.
No había rescates que pagar, no quedaban besos por dar, no había abrazos sin regalar. Ni canciones sin cantar, ni vino sin probar, ni noche sin gritar, sin bailar.
Pero los tigres vienen de noche, exactamente. Con sus voces estruendosas, con sus incontrolables aullidos. Y te arrancan la ilusión de la que estabas hecha, los sueños entretejidos en tu mente. Al igual que te arrancan la ilusión, vuelven tu sueño en vergüenza. Vergüenza de tí misma y de lo que haces, de lo que eres e incluso de lo que puedes llegar a pensar.
Él durmió un verano a mi lado, junto a mí. Su brazo rodeaba mi cintura noche tras noche, y me hacía sentir tan protegida que olvidaba donde estaba. Con él pasé unos días maravillosos, los mejores de mi vida. De él conservo los mejores recuerdos. Pero no todo es bonito, ni lo fue.
Él se llevó mi infancia, me internó en la adolescencia, me hizo sentir mujer.
Pero se marchó cuando el otoño llegó.
Y yo aún soñaba que él regresaría a mí, la verdad es que sí. Que pasaríamos la vida juntos, que sería todo como yo soñé. Pero después comprendí... que los sueños son solo eso, sueños. Pero hay sueños que no pueden ser.
Soñé que mi vida sería
Tan diferente de este infierno en el que vivo ahora...Tan diferente ahora de lo que parecía que sería, del sueño de futuro que tenía en ese pasado.
Ahora la vida ha matado el sueño que soñé.
Mi plan había sido sencillo: pasar juntos el resto de nuestras vidas. Un sueño fácil.
sábado, mayo 14, 2011
viernes, mayo 06, 2011
martes, mayo 03, 2011
Mil y una historia me eh inventado,
para estar aqui,aqui a tu lado
y no te das cuenta que,
yo no encuentro ya que hacer,
se que piensas que no eh sido sincera
se que piensas que ya no tengo remedio,
pero quien me iba a decir,
que sin ti no se vivir,
y ahora que no estas aqui
me doi cuenta,cuanta falta me haces.
para estar aqui,aqui a tu lado
y no te das cuenta que,
yo no encuentro ya que hacer,
se que piensas que no eh sido sincera
se que piensas que ya no tengo remedio,
pero quien me iba a decir,
que sin ti no se vivir,
y ahora que no estas aqui
me doi cuenta,cuanta falta me haces.
Si te eh fallado te pido perdonde la unica forma que se,
abriendo las puertas de mi corazon
para cuando decidas volver.Porque nunca habra nadie que pueda llenar
el vacio que dejas de mi,has cambiado mi vida me has hecho crecer
es que no soy la misma de ayer,
un dia es un siglo sin ti.
abriendo las puertas de mi corazon
para cuando decidas volver.Porque nunca habra nadie que pueda llenar
el vacio que dejas de mi,has cambiado mi vida me has hecho crecer
es que no soy la misma de ayer,
un dia es un siglo sin ti.
lunes, mayo 02, 2011
domingo, mayo 01, 2011
Suscribirse a:
Entradas (Atom)