jueves, mayo 19, 2011

An Easy Dream

Mi sueño había sido sencillo, y fácil. 

Soñé un sueño ya hace tiempo, hace mucho tiempo. Cuando el aire me traía los susurros de las hadas, cuando todo era mágico y creía que debajo de la cama habitaban monstruos ávidos de mis sueños. Cuando había esperanza y vivir valía la pena, y darlo todo por un sueño y por el futuro que sólo yo había soñado. Soñé que el amor no moriría nunca, pero nunca nunca, y que siempre estaría presente entre tú y yo.
Soñé que todo se perdonaría, que todo entre nosotros podría arreglarse.

Entonces era joven y valiente, intrépida, extrovertida. Era infantil, y también era inocente. Y se hacían, se usaban y se desperdiciaban sueños. A diario, a todas horas. Recuerdo que cada día tenía un sueño diferente por cumplir. Desde tener una casa propia hasta subirme a un taxi para gritar: "siga a ese coche". Sueños estúpidos y sueños importantes. Sueños que a día de hoy aún no han desaparecido.
No había rescates que pagar, no quedaban besos por dar, no había abrazos sin regalar. Ni canciones sin cantar, ni vino sin probar, ni noche sin gritar, sin bailar.

Pero los tigres vienen de noche, exactamente. Con sus voces estruendosas, con sus incontrolables aullidos. Y te arrancan la ilusión de la que estabas hecha, los sueños entretejidos en tu mente. Al igual que te arrancan la ilusión, vuelven tu sueño en vergüenza. Vergüenza de tí misma y de lo que haces, de lo que eres e incluso de lo que puedes llegar a pensar.

Él durmió un verano a mi lado, junto a mí. Su brazo rodeaba mi cintura noche tras noche, y me hacía sentir tan protegida que olvidaba donde estaba. Con él pasé unos días maravillosos, los mejores de mi vida. De él conservo los mejores recuerdos. Pero no todo es bonito, ni lo fue.
Él se llevó mi infancia, me internó en la adolescencia, me hizo sentir mujer.
Pero se marchó cuando el otoño llegó.

Y yo aún soñaba que él regresaría a mí, la verdad es que sí. Que pasaríamos la vida juntos, que sería todo como yo soñé. Pero después comprendí... que los sueños son solo eso, sueños. Pero hay sueños que no pueden ser. 

Soñé que mi vida sería 
Tan diferente de este infierno en el que vivo ahora...Tan diferente ahora de lo que parecía que sería, del sueño de futuro que tenía en ese pasado.
Ahora la vida ha matado el sueño que soñé.

Mi plan había sido sencillo: pasar juntos el resto de nuestras vidas. Un sueño fácil.