Supongo que siempre hemos escuchado lo mismo, que todos deseamos ser dueños de nuestro futuro y poder acceder a borrar y cambiar el pasado a nuestro antojo. Lo que pocos saben y muchos tardan en descubrir es que el futuro es un misterio, una quimera que puede que jamás llegue a presentarse; el pasado es dolor y arrepentimiento, soledad, nostalgia y melancolía.
Pero el hoy... el hoy es un regalo. Quizá por eso se llama presente.